Siempre es mejor más... que menos. Eso sí, el limón lo cura todo.


martes, 13 de abril de 2010

por primera vez =D



Kirtash & Victoria

Como si adivinase sus pensamientos, Kirtash dijo:

  • Tengo que matarte, ¿lo sabías?

Victoria quiso hablar, pero tenía la garganta seca. Los ojos se le llenaron de lágrimas de terror.

Pero entonces, para su sorpresa, el muchacho alzó la mano izquierda y le acarició la mejilla con los dedos, suavemente. Victoria se estremeció entera. ¿Cómo podía haber tanta dulzura en unas manos asesinas?


***


  • Por favor – susurró Victoria; la espada seguía allí, muy cerca, arañándole la piel -. Por favor, mátame o déjame marchar, pero no me hagas esto.

Él no dijo nada. Le cogió suavemente la barbilla y le hizo alzar la cabeza. Victoria no tuvo más remedio que mirarle a los ojos.

Aquellos ojos azules que quemaban como el hielo.


****


  • No debería sorprenderme – murmuró Kirtash.

Seguía hablando para sí mismo, seguía mirando a Victoria, seguía teníendola acorralada contra el filo de su espada.

  • Podría dejarte marchar – dijo él

  • Entonces, hazlo – susurró ella

  • Si sigues en la Resistencia morirás, tarde o temprano. Lo mejor que puedes hacer es abandonar, Victoria.

Ella no se sorprendió de que recordase su nombre. Kirtash jamás olvidaba un nombre, ni una cara.

Tragó saliva y, casi sin darse cuenta, murmuró:

  • No voy a hacerlo.

    En los ojos de Kirtash apareció un breve destello de decepción.

  • Entonces no vuelvas a cruzarte en mi camino, criatura, porque no tendré más remedio que matarte la próxima vez.

    Victoria respiró profundamente.

  • Aunque puede que haya otra salida – añadió él.


***

Victoria cerró los ojos un momento, sintiendo que se mareaba y que no aguantaría aquella tensión mucho más tiempo

Cuando abrió los ojos de nuevo, vio que Kirtash le había tendido la mano y la miraba con seriedad.

  • Ven conmigo – le dijo.

  • Qué...

  • Ven conmigo – repitió él-. A mi lado, serás mi emperatriz. Juntos gobernaremos Idhún.


***


Intentó apartar la cara. Entonces se dio cuenta de que la espada se había retirado hacía rato. Kirtash no la estaba amenazando.