Publicado por primera vez en 1995, Philip Pullman en
Luces del Norte nos narra la historia de Lyra Belacqua, una niña aventurera, orgullosa y rebelde que vive en el Oxford de un mundo paralelo al nuestro. En él, los humanos nacen con un "alma externa", los
daimonions, compañeros zoomórficos (con forma animal) que pueden transformarse a voluntad mientras sus humanos son niños, pero que adoptan una forma fija que represente su personalidad en cuanto llegan a la edad adulta. Estos comparten ese mundo paralelo con
panserbjýrne (osos inteligentes con coraza de guerra: los osos acorazados), brujas y nómadas
gyptanos.
En esta primera entrega de la trilogía
La Materia Oscura (que consta de "Luces del Norte", "La Daga" y "El Catalejo Lacado"), Lyra se verá envuelta en una intensa trama cuando descubre que los zampones, de quienes se sospecha que realizan con experimentos de separación de niños de sus respectivos daimonions, han secuestrado a su mejor amigo Roger, además de una conspiración contra su tío, el influyente Lord Asriel, el cual había estado investigando la Aurora Boreal en el Norte así como la existencia e importancia del Polvo (una partícula elemental, en la cual ha visto la Iglesia indicios de ser la portadora del Pecado Original).
Es un libro para todos los públicos, tanto juvenil como "senior", ya que, como he podido comprobar tanto por mí misma como en críticas de otras personas, contiene una narración directa e intensa llena de sorpresas y matices: un niño puede leer entre sus páginas una historia de aventuras, y un adulto, además de la fantasía, puede descubrir una notable crítica a la Iglesia. Por mi parte, recomiendo a cualquiera este libro que tanto entusiasmo me despierta, desde que lo descubrí hace ya bastantes años, hasta ahora que lo he vuelto a releer.