Tensión

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Tensión es la palabra que me define cuando te veo. No sé si las personas a nuestro alrededor son capaces de ver mis miradas que te rehúyen por puro nerviosismo pero te siguen cuando te vas; no sé si tú te das cuenta de mis dudas y mi inseguridad a la hora de dirigirme a ti, con una actitud confiada que es simple fachada: sólo sé que te veo y no sé cómo actuar. No soy yo, ya que toda mi atención se centra en ti y en cómo me siento sin saber qué decir o cómo comportarme.
Intento analizarlo y no vale la pena: técnicamente estoy mucho más a gusto con cualquier otra persona, ya que, llegado el caso, puedo hablar de cualquier tontería, puedo reírme aunque el resto no le vea la gracia, puedo ser una amiga de confianza o ser una niña torpe y risueña, puedo ser yo misma, ser natural.
Y llevaba ya una temporada durante la cual creía haber superado el buscarte por las esquinas aun sabiendo que no estabas ahí, el buscar tu conversación, el buscar conocerte y saber más de ti. Parecía que había amainado... pero aquí estoy, cayendo de nuevo cada noche, a cada rato, tan sólo deseando verte.
Te odio por no saber nada de ti, te odio por tu indiferencia o por tu simple absentismo...

Odio no tenerte cerca y que no me hayas llamado pero sobretodo odio no poder odiarte porque no te odio ni siquiera un poco, nada en absoluto.

(10 razones para odiarte)

Y mientras tanto sigo tensa, a la espera, y sin saber cómo actuar.